Del 7 de junio  al 27 de octubre de 2024
Curador: José Antonio Sada Sánchez Mejorada

IIntroducción

Durante el S. XIX los estudios sobre la ritualidad y el mito  estuvieron subordinados al contexto de lo sagrado en las prácticas comunitarias e individuales. Fue en el S. XX  que la antropología, la sociología y la psicología encontrarían que el acto ritual también operaba al margen de lo religioso, mostrando así que tanto en lo secular como en lo civil  el ritual es una actividad situacional conformada por acciones humanas intencionales que tienen el poder de transformar a las personas, a los espacios,  la materialidad de los objetos, sus usos y significados. Así, toda práctica ritual implica el movimiento, la des-articulación de cada una de sus partes.

La muestra Gestos y objetos. Diseño y ritualidad explora las características formales, simbólicas, performativas, regulatorias, tradicionales y de invariancia de la actividad ritual, en piezas desde utensilios para comer hasta altares en miniatura e instrumentos musicales, para explicar que no es una práctica estática, que en su evolución admite el re-diseño y la innovación de objetos, servicios y experiencias que le permiten actualizarse y ser un rizoma infinito y mutable.

Será en el diálogo entre el arte, el diseño, la fotografía y la etnografía que intentaremos advertir la vitalidad del ritual y su conexión con la vida a través del uso y del movimiento de los objetos cotidianos.

Ritmos, movimiento y espacio

Uno de los componentes del acto ritual es la acción performativa que consiste en un conjunto de códigos gestuales que se llevan a cabo en un espacio y un tiempo definidos y que se caracteriza por su repetitividad. Estos movimientos rítmicos, en los que objetos y artefactos son manipulados a través de una energía derivada del trabajo corporal, como es el caso de las danzas tradicionales que crean relaciones entre las composiciones coreográficas y la parafernalia con fines ornamentales y simbólicos. O los contextos civiles y cotidianos donde se producen resignificaciones en el manejo y el uso de los objetos que están supeditados a la danza gestual y de proximidad en ámbitos como el de la salud, la alimentación, las relaciones interpersonales o de la política y de la propaganda.

 Lenguaje ritual 

Los rituales que se producen siguiendo un conjunto de reglas o aquellos que surgen de la improvisación, requieren de narrativas que expliquen sus aspiraciones y funciones. Este discurso se materializa en acciones y objetos determinados que se resimbolizan durante la ejecución del ritual.  En él se presentan las contradicciones de la vida real y los deseos de sus participantes. Es el lugar de la concordancia entre el plano de la realidad, el de la imaginación y el de las necesidades de lxs usuarixs que unas veces son actores y otras sólo espectadores. Esta multiplicidad discursiva implica una constante interpretación de las acciones y los ciclos, de los objetos y las personas porque en cada repetición nunca serán los mismos.

Rituales, cambio y transición. 

El ritual o sus componentes no son inmutables, al contrario, son un medio que ha demostrado mediar eficazmente entre el cambio y la tradición al mantener sus símbolos y sus significados, y sobre todo su papel dentro del sistema social y comunitario. A través de la adaptación de los componentes materiales y sus relaciones con el contexto, los rituales conservan y actualizan su práctica para dar paso, por un lado, a nuevas lecturas de uno o varios de sus elementos que son reinterpretados y releídos para generar nuevos objetos que se integran al ritual original con las mismas facultades simbólicas y funciones intencionales o bien para potencializarlas. Por otro lado, surgen nuevas prácticas que se articulan alrededor de los objetos rituales existentes o se crean nuevos rituales que retoman elementos tradicionales y con ello buscan responder y cubrir las necesidades contextuales emergentes.

Micro rituales y el diseño de lo cotidiano

Los micro rituales se producen en la intimidad de lo individual y lo colectivo, tienden a regular el comportamiento y la personalidad. Son actos de carácter civil y secular como es el caso de los sistemas de modales y de cortesía que rigen las relaciones interpersonales en contextos públicos y privados; ya sea desde la códigos y gestos de saludo, hasta las maneras de comportamiento en la mesa, incluso la forma de santiguarse. Pueden derivarse de rituales tradicionales y/o religiosos como los ritos de paso que se manifiestan a través de la ofrenda, el intercambio y la conmemoración.  Pero también existen esos micro rituales de carácter profano que han dado origen a nuevas prácticas como aquellas vinculadas a la salud y al bienestar y que han requerido del diseño de objetos, de servicios y de experiencias de uso personal pero que se reconocen y repiten en el entramado colectivo.

Diseño para la ritualidad del futuro

A partir de las diferentes señales de cambio que podemos observar sobre la ritualidad en la actualidad, es pertinente preguntarnos ¿cuál será el devenir del acto ritual en el futuro y cómo su parte performativa impactará en las relaciones con el contexto, con los sujetos y con los objetos? ¿Cómo la tecnología y los medios digitales modificarán la manera en las que se configuran y desarrollan los rituales? ¿Acaso no practicamos ya rituales mediados por la digitalidad?

Las tendencias indican que ante la proliferación y la popularización de los espacios digitales que permiten la interacción entre las dimensiones de lo virtual y lo real, junto con un mayor procesamiento de la información, nuevas prácticas rituales se originarán en respuesta a los cambios en las estructuras sociales y en la evolución del sistema de valores. Por lo que se generan nuevas intenciones simbólicas del acto ritual y de sus componentes, resultando en el diseño y rediseño de gestos y objetos para la ritualidad del futuro. Las herramientas tecnológicas tendrán agencia para ampliar las propiedades funcionales, formales y simbólicas de los objetos y de la experiencia de quienes participan del acto ritual.

De alguna manera ya el pasado ha sido testigo de las transformaciones obligadas por el futuro inexorable. Sólo bastaría advertir el momento en el que el barro usado en los rituales fue sustituido por los plásticos o el fuego de las velas por una chispa eléctrica.  La materialidad de los objetos es testigo del tiempo tecnológico y del ritual del tiempo.