Quimera | Héctor Zamora

Del 7 de junio al 8 de septiembre de 2024

Sala Luis Barragán

 

 

El trabajo de Héctor Zamora sucede a partir de la identificación de problemáticas globales, a través de la investigación in situ de entornos locales. Rindiendo homenaje a las economías informales y a las comunidades migrantes, presenta Quimera, una acción performática que replica las dinámicas del comercio informal mexicano por medio de un grupo de comerciantes ambulantes vendiendo racimos de globos metálicos.

Durante la inauguración de la muestra, los globos estuvieron a la venta en distintas plazas del Centro Histórico de Zapopan, espacios ocupados por vendedores de forma ambulante, en puestos fijos y semifijos, y en tianguis. Después de ser llevado a cabo en escenarios como el desierto del Valle de Coachella en Estados Unidos y en los cruceros y avenidas de las ciudades de Lisboa y Faro en Portugal, Quimera ocupa por primera vez un espacio permanente, a forma de instalación, flotando en la sala del museo.

Los globos adoptan la forma de palabras como ALEGRÍA, FAMILIA, WISH (deseo), HOME (hogar), WONDER (maravilla), a la vez que HAMBRE, DOLOR, GUN (pistola), DENIED (denegado) para evocar la idea de quimera —un sueño, ilusión o fantasía que se imagina posible, sin serlo— en relación con el sueño americano. Por medio de su espejismo y monumentalidad, invita a reconocer una figura que desde el anonimato constituye un pilar de la economía: en 2023, la economía informal participó con 28.18% del PIB nacional.

Su presentación en Zapopan permite pensar en la migración y el intercambio de objetos como una constante negociación de la identidad y los modos de vida dentro de un sistema que todo lo convierte en mercancía. Las palabras del idioma Wixárika revelan la relación con la migración entre los wixaritari, una nación originaria que comercializa artesanía en la zona centro de Zapopan y cuya experiencia compartida en sesiones de investigación fue fundamental para reformular Quimera en un microcontexto de México.*

Globos que forman palabras como  NIUKI (lengua) y TƗƗRÍ (niñxs) muestran experiencias compartidas de migración a nivel global: son los hijos de las personas que se desplazan los que se enfrentan a la dualidad de su identidad y a la pérdida del idioma.

En la instalación, cada destello equilibra la promesa de lo imposible, la necesidad de visibilidad para asegurar oportunidades económicas con el imperativo de mantener la invisibilidad para evitar la detección de fuerzas reguladoras.

 

* La palabra KIEKAME, traducida al español como originario, destaca la resistencia a ser etiquetados como migrantes y su pertenencia tanto a su lugar de origen como al de residencia. Por otro lado, YEIKAME (peregrino) refleja los viajes hacia lugares sagrados y NUIWARI (renacimiento) el viaje que los lleva hacia una nueva vida, impulsado a menudo por necesidades médicas o por la búsqueda de oportunidades laborales mediante la creación y la venta de artesanía. WEWIYA (creación/artesanía) e ‘ƗKITSIKA (muestra) aluden al papel de la misma desde la noción de WIMARI (acoger/vasija): el acto de contener y sostener la vida, el objeto jícara o vasija que guarda la memoria y el recibimiento de llegar o de volver.

 

 

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