Los de abajo | Mark Bradford

Del 4 de febrero al 6 de agosto de 2023
Curadora: Viviana Kuri Haddad

Sala Luis Barragán

 

 

La Ira tiene su lugar. La Ira tiene fuego, y el fuego
mueve las cosas… pero yo canto desde la inteligencia.”

– Nina Simone

 

 

Tener una conversación con Mark Bradford es una experiencia constructiva y agradable, no sólo por la atención fina que pone al interlocutor y por la cascada de reflexiones agudas que hace con gracia, también porque es alguien que se siente bien en su cuerpo y ocupa el espacio con generosidad, misma que expande a quien convive con él.

Sobre sus inicios y su práctica, lo he escuchado decir que él sabía muy bien de dónde venía pero que solamente estaba interesado en hacia dónde iba, y lo mismo, ha dicho, ocurre con los materiales que usa en su trabajo: no importa de dónde vienen, si su origen es humilde,  si es la calle, si son carteles comerciales, lo significativo sucede cuando toman vuelo, cuando se convierten en otra cosa y hablan de otras cosas, entonces forman parte de la conversación del arte y la pintura, se transforman y se convierten en algo que no estaban destinados a ser.

La superposición de capas de papel es característico en su trabajo. Bradford integra impresos publicitarios a los cuales les exige transformarse en algo distinto: doblega y trabaja duro lo rijoso del material y le demanda convertirse exactamente en lo que él quiere. Es evidente que la elección del material y las numerosas capas y consignas tienen una carga política de la que se ha hablado constantemente al referirse a su obra. Además, esta vez, lo que hace Bradford, sin paralelo en sus proyectos anteriores, es sumarse a la tradición del muralismo mexicano, tomando como referencia a José Clemente Orozco con quien encuentra cierta afinidad ideológica, a la que yo añadiría un paralelo en estilo. La contundencia y el impacto formal de sus obras, la calidad, escala y fuerza visual en ambos casos, les confieren independencia discursiva y las hacen atemporales y vigentes por sí mismas. Por otra parte, en los dos artistas existe una identificación medular con las impresiones populares, en el caso de Orozco, la visión diaria de José Guadalupe Posadas imprimiendo a destajo en el taller de la imprenta Vanegas Arroyo lo marcaría como artista. Por su lado, en sus inicios Bradford pegaba e intervenía impresiones diversas alrededor de su barrio y por toda la ciudad de Los Ángeles.

La muestra Los de abajo, de Mark Bradford, toma el título de la novela del mismo nombre de 1916, del escritor Mariano Azuela, que fue editada por primera vez en inglés en 1929, con ilustraciones de José Clemente Orozco, quien se encontraba en Nueva York desde 1927.

El mural de Bradford, El hombre de fuego, 2023, está conformado por capas de carteles comerciales intercaladas con lienzos de papel cuyos colores corresponden uno a uno a los tonos utilizados por Orozco en su mural homónimo, que se encuentra en el Hospicio Cabañas en Guadalajara.

El fuego, un denominador común, una fuerza transformadora. La ira que tiene fuego conducida como agente de cambio.  Ambos artistas urbanos, vieron sus inicios influenciados por el papel, por las impresiones baratas de consumo popular, que dieron expresión a su espíritu crítico y a la denuncia de inequidad.  En el caso de Mark Bradford, los señalamientos, los puntos de vista o desacuerdos siempre son hechos a través de diálogo horizontal en la misma arena. Con planteamientos opuestos, sin miedo a señalar, no desde la periferia, tampoco desde el resentimiento.

En la elaboración in situ del mural, participaron 30 personas jóvenes, varias de estas estudiantes de arte o artistas emergentes, de entornos diversos. Durante la residencia, fueron igual de importantes tanto la práctica artística como el convivio y las conversaciones con el artista. Cuando Bradford comparte su experiencia, su convicción en la posibilidad de cambio, de alguna forma multiplica los peces.

Una segunda pieza en la muestra es la cascada Float, 2019, formada por tiras de papel, recuperado y reconfigurado, que jala y arranca de las “pull paintings”. Estas enormes tiras removidas forman una nueva pieza que expande las posibilidades pictóricas, en donde el espacio funge como marco para la pintura tridimensional. Por otro lado, la alusión al agua puede leerse como la elección de un elemento en movimiento, una cascada que estalla en un lindero para continuar por un camino nuevo del río. El estruendo del final y del inicio.

La última pieza en la muestra, Luz, 2023, es un corte longitudinal al muro, de lado a lado por donde sale luz. Una hendidura de la que no se sabe de dónde viene la luz, ni qué hay del otro lado, pero que evidencia la existencia de algo más, de una salida posible.  Una de las constantes inquietudes en Bradford ha sido problematizar la exclusión y las injusticias históricas que tienen un componente racial  en los Estados Unidos, tanto hacia las comunidades afroamericanas como hacia las latinas, en especial mexicanas.  En este sentido, para Bradford es significativo exponer en Guadalajara capital de Jalisco, estado con una gran emigración particularmente hacia Los Ángeles, ciudad donde reside y tiene su estudio. El corte luminoso en el muro, la luz del otro lado, sugiere una coexistencia en la que se pueda convivir desde el mismo sitio, todxs en el mismo lugar, sin exclusiones: “…No creo en el acceso para unos cuantos. Creo en las ideas contemporáneas, creo en el acceso para más personas. ¿Cómo logra entrar alguien? ¿Cómo entran nuevas ideas?”, son reflexiones que lanza el artista alrededor del arte, pero que tienen una connotación más amplia.

Al fin y al cabo, es en la grieta, en lo quebrado, donde se vislumbra la posibilidad de la belleza, el rescate de los rotos o la confirmación de una promesa: “Hay una grieta, una grieta, en todo / Así es como entra la luz”.

 

Viviana Kuri

 

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