Poder Blando – Historias de búsqueda | Miriam Rodríguez

Un proyecto de la artista Miriam Rodríguez
Curadora: Mónica Ashida

 

Del 26 de noviembre de 2022 al 16 de abril de 2023

 

 

“Puede parecer una idea ridícula,
pero la única manera de combatir la plaga es la decencia”
Albert Camus. La peste

 

 

 

En el mes de mayo de 2022 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresó en un comunicado su profunda preocupación por las más de cien mil desapariciones forzadas registradas oficialmente en México. Unos meses antes, el Comité contra la Desaparición de este organismo visitó nuestro país y emitió un informe sobre esta tragedia destacando que “La desaparición de personas en México es un problema de todos: de la sociedad en su conjunto y de toda la humanidad”.

 

 

Las desapariciones forzadas aumentan día con día a pesar de las condenas internacionales y de los esfuerzos realizados por familiares y allegados a las víctimas, por las organizaciones civiles y por algunas instancias gubernamentales, configurando un espantoso patrón crónico que, por su magnitud e impunidad, parece imposible de erradicar.

 

 

Esta situación ha generado una crisis en la sociedad que nos obliga a tomar una posición. Ante ella, podemos negarla y refugiarnos en el egoísmo para mirar a otra parte, o bien, encararla con valentía y solidaridad poniendo a prueba nuestra capacidad como seres humanos para hacer frente a la irracionalidad de la tragedia. Ante el horror el ser humano se encuentra en una encrucijada: escapar a la situación o enfrentarla con lo mejor de nosotros mismos.

 

 

Miriam Rodríguez tomó el segundo camino poniendo sus inquietudes y recursos artísticos al servicio de esta causa. Durante largo tiempo se ha dedicado a acompañar la incansable labor de búsqueda y apoyo de una organización civil, Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco, mejor conocida por sus siglas FUNDEJ, integrada por mujeres y hombres que son madres, cónyuges, hijos y hermanos, de personas desaparecidas en nuestro estado.

 

 

Poder Blando – Historias de búsqueda documenta este largo proceso de acompañamiento. El título se apropia del término acuñado por Joseph Nye, profesor de la Universidad de Harvard, en 1990 que se refiere a la habilidad de influenciar la conducta de otros a través de medios culturales e ideológicos para alcanzar los resultados deseados. Si bien originalmente el término estaba orientado a la política exterior, su autor reconoció luego la importancia de las acciones de los individuos para generar cambios en las estructuras sociales.

 

 

La Sra. Guadalupe Aguilar, fundadora de FUNDEJ, es un ejemplo del ejercicio del poder blando, una motivación y guía para llevar a cabo su heroica labor. La desaparición de su hijo la llevó a cambiar radicalmente su vida y a dedicarla por completo a su búsqueda. Este trágico suceso, y el encuentro en el camino con personas que padecen la misma nefasta circunstancia le enseñaron que la única manera de sobrevivir a esa situación es a través de la solidaridad, de transitar el camino en compañía, de compartir lo aprendido y de aprender de los demás. “No estás sola” es la frase con la que recibe a las personas que se incorporan a la búsqueda de sus seres queridos, creando de inmediato una red basada en la fraternidad y la comprensión.

 

 

Las luchas por las que tienen que pasar los miembros del colectivo son inmensas e injustas, sin embargo, nunca pierden de vista que quienes tienen que realizar las búsquedas como una actividad laboral son también personas. La rutina que realizan constantemente en su acompañamiento a las instituciones en la búsqueda de desaparecidos, las ha llevado a capacitarse en actividades de corte forense, a aprender a registrar los hallazgos, a saber de genética, pero también a entender cómo utilizar estas herramientas para pedir resultados y exigir que se hagan las cosas bien y a tiempo. Se han enseñado a pelear, a gritar cuando hay que hacerlo y a mostrar empatía cuando es necesario.

 

 

Una de las acciones que más me sorprendió es la que realizan al llevarles comida a los encargados de buscar a sus familiares en el SEMEFO para agradecerles su labor y también para ablandarles el corazón y tratar de comprometerlos para que hagan bien su trabajo. Me pareció injusto que ellas tuvieran que ofrecer esa muestra de reconocimiento por algo que debería serles otorgado por derecho; me disgustó también que esa actitud pudiera interpretarse de manera equivocada, como chantaje o victimización. Sin embargo, luego entendí que era un acto de compasión, una estrategia humanizante.

 

 

Las abrumadoras cifras de desapariciones y la impunidad rampante han logrado normalizar la violencia, convirtiendo a las víctimas en meras estadísticas, quitándoles todo rastro de humanidad, despojándolas de nombre, rostro, familia, vínculos con las personas que los extrañan. Devolver la calidad humana a todos los que se ven involucrados en estos inefables hechos es un deber. La sed de justicia y un destello de esperanza mantienen en marcha con dignidad a los miembros de FUNDEJ para contar esta macabra historia que continúa repitiéndose gracias al silencio y la apatía.

 

 

El propósito de la muestra es colaborar en revertir este efecto y homenajear esas vidas absurdamente perdidas gracias al generoso testimonio de este colectivo de personas que nunca descansarán hasta encontrarlos, que nunca dejarán de quererlos, que nos muestran que sentimientos y emociones son también componentes importantes en el ejercicio de los  derechos civiles y humanos.

 

 

Para colaborar con esta tarea Miriam Rodríguez se ubica en el medio del activismo y de la organización comunitaria sin abandonar su pertenencia al mundo del arte. En un intento que le permita cerrar la brecha entre el arte y la vida, adopta y acompaña el propósito de provocar un cambio social, sin olvidar el compromiso con las familias que le abrieron las puertas de su intimidad.

 

 

Las piezas presentadas hablan de una práctica colectiva que prioriza la defensa y reivindicación de derechos y la búsqueda de soluciones sobre el culto a la personalidad del artista, esperando que con el tiempo la comunidad se apropie del proyecto y a través de acciones de poder blando, tal vez las únicas de las que disponemos, se pueda hacer frente efectivo a los poderes políticos y sociales.

 

 

Mónica Ashida Cueto